lunes, 21 de julio de 2008




Poiesis era la palabra griega, para ellos, como para todos los pueblos arcaicos, lo poético era el lugar donde se revelaban los dioses.

Los poetas eran hombres consagrados, lo que es casi como decir que eran hombres condenados a ser videntes, y a testimoniar lo luminoso y lo tremendo al resto de los hombres. Tarea que exigía el sacrificio, ya que para ser poeta no sólo el descenso al infierno formaba parte del itinerario iniciático, sino la renuncia a todo aquello que podía interferir en su oficio sagrado.

El poeta, el artista verdadero, era respetado como un hombre inspirado, alguien que escuchaba lo sobrenatural. Éste es el elemento sagrado del arte, y así fue considerado no sólo por los griego sino también por las otras antiguas culturas tanto grandes como pequeñas.

Por eso la poesía no es una forma métrica, un modo de escribir palabras, en prosa o en verso, poeta es aquel que revela la vida, en verdad y en belleza.

Para los pueblos arcaicos, esos pueblos formados por los hombres cuya sabiduria deberia llenarnos de asombro y de admiración, no se era poeta por decisión propia, como si ser artista pudiera ser un proyecto que uno pretende para sí mismo, el poeta es elegido, es una vocación que le llega; exige la intervención de lo sobrenatural.

De ahí ,la fidelidad con que ha de vivir el artista, y como muy bien dice Heidegger "Todo arte es esencialmente poema".


Ernesto Sábato

Fragmento del Libro

Querido y remoto muchacho Editorial Losada Buenos Aires , 1998


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